Día asqueroso el viernes pasado.
Con botas, cruzando Parque Rivadavia, tratando de no resbalar con el barro. Lluvia, viento, se me da vuelta el paraguas (ese tan lindo celeste y plateado)... 2 alambrecitos ya no tenían tela, todo el pelo en la cara, medio afiebrada x salir de casa al toque de haberme bañado... Me harté, terminé de doblarlo y con toda la bronca lo tiré en un tacho de basura, al grito de: “hijo de puta!”
Los de los puestos de canje me miraban con una cara...
Ahora debería comprarme otro paraguas antes de q vuelva a llover... aunque sé q lo haré pasados 2 o 3 temporales.
jueves, junio 26
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3 comentarios:
Uh! Las locas hablando solas en la calle son lo mejor! El próximo temporal invitame y llevo pochoclo y a alguien para abrazar mientras disfruto del espectáculo :D
Pero tenés que usar la técnica de poner el paraguas en contra del viento! aunque es medio difícil cuando el viento es cambiante y el paraguas está demasiado roto.
seeee...a quien no le pasó? usualmente a mi se me suma que se te vaya justo justo el bondi..y cuando viene el otro subís y ves que tenés todos billetes de $2 y ninguna mondeda. Y se te acaba la batería del celu. Y el pelo se te pega y no tenés una colita para atártelo. Y por ende tenés una tremenda cara de asesina serial. Y como la vida es bella, te cruzás con alguien cuya aprobación inusualmente te importa.
Como la vida misma.
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